El mejor verano de mi vida


El mejor verano de mi vida - salió con mención especial. En el concurso del Club Hemingway - Escritores y Lectores

1° categoría, ganadores
2° categoría, mención especial. 

Un orgullo para mi, ser parte de esta mención saludos! y se los dejo!

El mejor verano de mi vida

Hace mucho tiempo atrás, estábamos jugando a orillas del río, que nos espiaba. El sol brillante, hacía del día un momento perfecto. El pasto que nos acolchonaba parecía envolvernos a los dos. La costa nos invitaba a revolcarnos, y el comienzo del verano, nos obligaba a mojarnos.

Ya todos nuestros compañeros de camping, se habían ido, aunque todavía debían volver por nosotros. Mientras tanto Anto y yo allí esperando. El problema era su novio, pero no importaba, solo imaginaba nuestra amistad y confieso también que realmente quería que se terminara esa relación con su pareja. Las ganas no faltaban, pero siempre la respete como mi amiga, siempre, incluso fui el primero en enterarse que le corto al novio después de casi 4 años de andar con él.

El día nos llevo a una situación, a la que yo nunca me hubiera imaginado. Solo los pájaros miraban como jugábamos a mojarnos y tirarnos pasto cortado, como venganza a tantas cosas que nos debíamos, luego de un largo e intenso año escolar. Resumiendo unos capítulos, nadie sabe lo que paso allí, solo algún amigo que ya ni se debe acordar estos detalles y las vacas típicas chusmas que miraban mientras comían pastos al otro lado del río. Realmente nadie nos vio, podría haberme portado mal, que nunca nadie, se hubiera enterado.

El contacto era inevitable, éramos como dos imanes, y todo sucedió en un momento en que sentí, como se frenaba el universo, ante nosotros dos. Quedamos tirados en el piso, como si a propósito nos hubiéramos cansado de forcejear. Yo casi encima de ella, apreciábamos mutuamente nuestras miradas, la risa que se borraba en silencio, como esperando algo más profundo, y en esas milésimas de segundos, creo que los dos adivinamos lo que podía suceder.

Tenía que romper el hielo, que se había formado en ese instante que a su vez, nos tenía paralizados en nuestras miradas, estaba inmovilizada porque le sostenía las manos por encima de su cabeza, lo que hacía resaltar aun más su busto. Ya su fuerza había cedido pero no así su mirada, que parecía buscar algún detalle en lo profundo de mis ojos, disimuladamente miré alrededor y cuando volví la vista, ella seguía en mis ojos.

 Todo era perfecto, los dos solos, el camping era parte de ese show, el sol sonreía a través de sus rayos y nos iluminaba la cara con un tono sepia como para que no olvidáramos aquel momento jamás. Fue un suspenso de emociones confusas, donde dos almas se conectan de forma infinita, a través de lo que quizás podía llegar a ser, un beso.

Todos los indicios estaban dados, se rifaba un terremoto y yo tenía todos los números, solo faltaba una lluvia de corazones. Pero aun así, seguía teniendo novio. Aquel momento era supremo, el silencio entre los dos hablaba solo y las miradas reflejaban cierto anhelo. - ¿Y ahora? - le dije, con un tono provocador, para disimular y poner a prueba sus intenciones.

Su respuesta fue muy sutil, una leve sonrisa que decía todo. Intenté aflojar más sus manos para darle una salida justa a ella que estaba prisionera, pero ni siquiera atinó a moverse, no había resistencia. El final de esta película lo tenía yo, estaba debajo mío, y era muy obvio, nuestros cuerpos esperaban un beso de los dos. Pero la imaginación se hizo en mi, adelanté todo lo que podría ser si pasara tal cosa. Perdería a mi mejor amiga, el novio iba a ser un problema, y lo más temible que me rebotara el beso.

Aunque mucho más me preocupaba la primera, perder a mi amiga, y ella sabía muy bien que éramos mejores amigos. Era inevitable me gustaba más por cada segundo que pasaba, pero todavía no habíamos terminado el colegio, y aun faltaba para la fiesta de fin de año y todo lo que conlleva eso. Fue en ese instante que decidí, sonreír de forma cómplice y  levantarla del piso sin mediar palabras sabiendo lo que iba a ocurrir, dejé pasar aquello para otro momento.

Porque si realmente debía pasar, sería en otra oportunidad, y fue así, me sentí todo un hombre, un galán, un caballero que había quedado re caliente, si, lo admito, le había ganado a la tentación. Había dejado todo a la suerte, aun tenía una carta por jugar, la veía venir, por eso ante su angustia con su chico le dije, no es lo mismo acostumbrarse a alguien que quererlo. Creo que allí entendió lo que le pasaba, y una semana después me contó, que lo había dejado.

Su mirada me confesaba mas que esas simples palabras, fue entonces, cuando me di cuenta que enfrente mío estaba mi primer amor.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Felicitaciones. Continua así !!.
Hay para más !!!

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