Soldados Inocentes - 1° parte


Eramos soldados a favor de la verdad y haciendo justicia, Una de las tantas cagadas que hicimos fue muy buena, yo creo que si hubiera sido noticia, ya nos habrían reclutado como soldados de la elite de algun equipo de swat, ranger o del grupo halcón.

Teníamos, no me acuerdo con exactitud, 12 años creo, eramos 3 pibitos. Adorábamos las estrategias, las películas de guerra claramente influenciados por algun que otra juego de computadora, nuestras armas, eran gomeras, nuestros equipo de comunicaciones waquitoquis tipo auriculares, que el único defecto era su luz roja visible, era complicado para hacer misiones de noche, pero bue.

Mucho campo para nosotros, yuyos muy altos para escondernos, ropa camuflada con verdes y marrones. La comunicación era muy efectiva, señas con dedos, manos. Y todo era perfectamente calculado era la guerra con el vecino, nuestras caras pintadas con tempera negra era genial estabamos en nuestra salsa, nuestra guerra.

Todo empezó cuando, mi vieja confieza que le faltaba un zapallo de la quinta, que por aquel momento, el único que había crecido ya no estaba . Doy fe de que lo había visto con mis propios ojos, de hecho luego lo vi sobre aquella chapa del vecino, apoyado al sol, porque todavía le faltaba madurar el color.

De pronto un sabado, apareció en la casa del vecino, nuestros fondos eran visibles y los separaba un flojo alambre caído con muchos grandes pastos de por medio, solo pasaban los perros por allí. Justo en un tacho de su patio, en un metal redondo que cubría el motor de su tanque de agua estaba el zapallo, ó casualidad a nosotros nos faltaba, en fin el vecino no tenía buena reputación en el barrio, de hecho ya lo habían denunciado por extraer nafta de un camión del barrio.

Bronca mia de por medio, lo juzgue como hubiera hecho siempre, a favor de mi madre, !el vecino nos sacó el zapallo! No muy al margen de ello, nos llevabamos mal, de buenos vecinos no teníamos mucho. Porque realmente el tipo se la mandaba con nosotros, obviamente lo confirmé con el tiempo. Yo y mis amigos, embobados de imaginación como de costumbre. sigo creyendo que eramos pibes sanos y de cero tecnología recien comenzaba a salir el duken nuken un juegazo.

 Pero venir a casa significaba ensuciarse jugabamos siempre en los arboles del fondo de mi casa obvio, allí armabamos chozitas explorabamos campos como si fueramos a descubrir algun tesoro y salvar hermosas chicas de nuestra imaginación.

Los sábados nos juntabamos en casa a las 15 en punto, había muchas opciones, todo dependía de la imaginación, jugar con los bichos (hormigas) con los autitos, a la guerra con los soldaditos, los sauces y hacer casitas o convertir los arboles en naves espaciales que si tocabas el piso morias. Con villanos imaginarios como enemigos. Ó la mejor opción para muchos el fondo del patio, conocida como la selva, allí podíamos hacer y deshacer porque nadie nos veía ni nos escuchaban, de allí salían las grandes expediciones, las grandes maldades. Y también estaba lo que comunmente llamábamos el bosque, ese si nos tapaba enserio.

Les comenté la historia y así comenzó la ofensiva al vecino, mi casa y la del gordo son paralelas y al fondo hay campo. Así fue como planeamos todo en un rato, cansados de planificar y ver por donde meternos, vimos oportuna explorar el frente para ver que modos de ataques teníamos, el enemigo se caracterizaba por tener un bunker fácil y complicado, porque se delimitaba todo por un cerca de ligustros caídos muy grande de fácil escondite, pero difícil acceso al rededor de todo el terreno, salvo en un lugar, la parta de atrás, que daba al campo y esa era nuestro punto mejor para acceder.

3 amigos una mision 2 parte

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