Juguetes


Hoy viernes,

Extraño los momentos en que nos juntábamos y conversábamos, allá en las alturas de esa gran montaña marrón, nos sentíamos cómplices, parecíamos tocar nuestro cielo. Mirando a lo lejos la vida pasar tras la ventana, el sol brillaba siempre porque yo se lo pedía para vos.

Te recuerdo como siempre has estado, sentada a mi lado, largas charlas de cómo estábamos hechos, de cómo nos conocimos, de cuanto tiempo ibamos a durar en ese lavarropa que cura nuestros males, nuestros pecados de juguetes inocentes y de mentiras cómplices de niños.

Sin embargo acá estoy llegando al mes, sigo atrapado, manchado del pasado de los recuerdos y cicatrizando las burlas de las barbies sin cerebro, que solo sabían reírse de nuestros cuerpos de algodón. Recordaba nuestros sueños, de como imaginabamos nuestros mundos de héroes y doncellas, de princesas y espadas de cuando ideabamos un final feliz, y aun así no puedo, sin embargo será otro final infeliz como el de la hora de ir a tomar la leche a las 5 de la tarde, y allí quedamos tirados en la alfombra del cuarto.

Por que el tiempo en este acantilado es bravo, como la ilusión de un chico que ha perdido su juguete y acá estoy tirado todo lleno de pelusas, protegiendo a más de un piojo en esta parte de atrás, sigo gritando pero nadie oye mi idioma, estoy atorado hasta mi boca. Pocos conocen como me llamo, y es así que por las noches ella aprovecha mientras el angel endemoniado duerme, grita a más no poder y llora por mi, porque se siente sola, y no tiene con quien hablar.

Ha perdido un ojo para buscarme en el piso, ya no sabe más que hacer por mi, si las chicas hablaran, pero no tienen mucha cabeza, son de plastico nomas, mi cara a la pared ya no sabe que más hacer. Ella no sabe que me he accidentado en la montaña de madera al borde del abismo, donde una vez al mes, la señora rosa se vuelve primavera para limpiar lo que quedó atrás. Ya no se que hacer conmigo, las arañas me hablan de sus hechos y desechos y yo con miedo de nunca volverte a ver. Cuando va a ser el día en que los dos miremos al frente ese sol de Otoño.

En esos días tan hermosos junto a tu hermosa piel rosa, mi celeste ya esta muy sucio, tengo miedo de que no me reconozcas, no te he abandonado, quiero que lo sepas, solo estoy un poco sucio. Cuando salga me aferrare a ti con mis brazos de algohodon, para no perderte mas. Hace frio y necesito un abrigo de tu abrazo suave.

Mi color ya marrón, por dentro lucho para salir de esta desazón, los osos también nos deprimimos, si nos miraran fijos, verían las lagrimas correr, solo que ante el humano nos inhibimos, en este mar de mi temor, tengo miedo de perderte corazón. No creas que te abandone, no creas que me fui a mi país, no. Si puediera ya te hubiera secuestrado y aunque no lo creas ¡yo te extraño más que nunca osito made in taiwan!

Comentarios

Entradas populares de este blog

El mito se termino: la verdad sobre Jorge Hane

Si ya sé, todos tenemos problemas existenciales y qué!

El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos..

La cocina calienta el sexo

De pasiones y colores, besos chillones

¿Por qué las burbujas son redondas y no cuadradas?

El reflejo de una mujer

La chica del colectivo

El mejor verano de mi vida