El gaucho

Sus ojos eran su corazón eran su todo, opacados por el tiempo, por la vida, por la lucha, por el andar en los campos,  brillosos por dentro reflejaban su amor, su armadura recubría su pecho y su sonrisa se escondía tras su bigote. La vio junto a la tranquera y levantando la vista fijo sus ojos anclados en su delicado rostro como recorriendo su suave piel trabajadora, y su mirada angelical curtida por el sol en un marrón suave,  con vos cansina, y un tono duro, le dijo:


Guaina mis ojos lloran por vos, yo no. Sé feliz, la guerra me espera, si no lucho lo tendré que hacer, así podré volver en paz.




sencilla interpretación, del gaucho "duro" frente a su amor

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