Encarnación
La calle, llena de frondosos árboles bailan a la par del viento y brillan los arboles como si sonrieran a la hora en que salen los lagartos al sol.
La cuadra es un sueño, caserones de ladrillo a la vista grandes rejas que enmarcan mansiones y el verde de la naturaleza invade la cuadra, muchas flores se dibujan y contrastan con el asfalto. El diario enrollado aun sin recolectar en mas de una puerta, espera el desayuno de algún cuatro ojos.
Corre un aire primaveral por la calle que bate las copas de los fresnos. A poco de allí la plaza y los horneros que gritan cuando bajan a escarbar, se oyen como informando lo que acababa de pasar.
Toda la cuadra se inunda de un silencio atroz, como anticipando lo inesperado y de repente allí está. Aquel que había volado tanto de un árbol a otro, para juntar cada ramita de su nido.
Lo vi cuando cruzaba, en el suelo.. Allí estaba el desplumado, patas para arriba, quien sabe que le paso, seguramente ya habrá llorado al nacer.
La cuadra es un sueño, caserones de ladrillo a la vista grandes rejas que enmarcan mansiones y el verde de la naturaleza invade la cuadra, muchas flores se dibujan y contrastan con el asfalto. El diario enrollado aun sin recolectar en mas de una puerta, espera el desayuno de algún cuatro ojos.
Corre un aire primaveral por la calle que bate las copas de los fresnos. A poco de allí la plaza y los horneros que gritan cuando bajan a escarbar, se oyen como informando lo que acababa de pasar.
Toda la cuadra se inunda de un silencio atroz, como anticipando lo inesperado y de repente allí está. Aquel que había volado tanto de un árbol a otro, para juntar cada ramita de su nido.
Lo vi cuando cruzaba, en el suelo.. Allí estaba el desplumado, patas para arriba, quien sabe que le paso, seguramente ya habrá llorado al nacer.
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